Tal como en la vida personal, muchas empresas llegan a las agencias porque sienten la necesidad de comunicar, de difundir, porque ven en eso la llave de la victoria. Pero, si escarbamos un poco más, comenzamos, bueno pero ¿quiere comunicar qué?, ¿a quién? ¿para qué? ¿por qué canal? Y es ahí donde comienzan a decir, ¡no lo sé, díganme uds!, claro que podemos establecer una estrategia, pero para eso debemos saber dónde estamos parados y para dónde nos queremos dirigir y eso, eso es algo que sólo la empresa sabe, o bien, con ayuda externa puede descubrirlo.
Esta es la gran diferencia entre crear contenido y difundirlo, porque contar por contar es pan para hoy y hambre para mañana, si vamos a cacarear los huevos, primero sepamos cuántos, cómo son y cuál es su gracia, sino serán solo huevos.
Aquí está la importancia de la comunicación estratégica y el por qué es más meticulosa y requiere de un proceso de conocimiento sobre la forma de relacionarse entre la empresa y su entorno. Pero pierdan cuidado que una vez que se define, afirmense que avanza fuerte, rápido y con punto fijo.
Entonces, ahora podemos comprender que lo que se diga será “la gracia” para encantar a nuestros potenciales clientes y que entre más cercano en su lenguaje y más certera la plataforma, más podemos dar en el blanco. Es decir tirar un mensaje y apuntar a diez objetivos v/s tirar treinta por todos lados para llegar a cuatro, ese es el ROI que pocos se detienen a calcular y observar, pero cada vez son y serán más.